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Educación Superior

Los términos educación superior,​ enseñanza superior, estudios superiores, educación profesional y educación terciaria aluden a la última etapa del procesoLeer más »
Publicado porwebmasterjulio 18, 2021 Publicado enPUBLICACIONES

Introducción a la ética de Robert Spaemann.

PRO VELASCO, MARÍA LUISA (2021). Introducción a la ética de Robert Spaemann. Comares. 180 pp. En esta obra, la profesora Pro Velasco hace una sistematización sucinta del pen-samiento de Robert Spaemann bajo el prisma de su ética, disciplina filosófica que más desarrolló dicho autor fundamentalmente por motivos profesionales, pues tuvo que explicarla en la Escuela técnica superior de Stuttgart. Pero, ade-más, a nivel personal tuvo una implicación existencial con la ética como busca-dor de la verdad en el pensar y la coherencia en el actuar, no sólo por su dedica-ción a la Filosofía o su condición de cristiano, sino también como respuesta individual a la propia naturaleza humana personal teleologizada teórica y prag-máticamente de modo innato a la búsqueda de la verdad y del bien, y conse-cuentemente a la felicidad. Pues lo que enseñó, primero lo vivió. 


ISSN: 0214-0284 / ISSN-e: 2660-6070 Cuadernos de pensamiento 34 (2021): pp. 273-278 RESEÑAS ISSN: 0214-0284 / ISSN-e: 2660-6070 Cuadernos de pensamiento 34 (2021): pp. 273-278 274 


Me parece oportuno definir la noción de persona en Spaemann, con la que trabaja la profesora Pro Velasco a lo largo de su obra: todo miembro del género humano sin excepción, Spaemann concretamente dice de la especie homo sapiens sapiens, pero después de los descubrimientos de Svate Pääbo en Deninsova sabemos que la mayoría presenta un mínimo de genética Neanderthal1 . Por tanto, son personas los embriones humanos, los enfermos terminales, los que se encuentran en coma, padecen muerte cerebral, los anencéfalos, los sanos, los enfermos físicos o psíquicos, los discapacitados a nivel físico o intelectual e incluso los criminales. Quienes carecen de salud son miembros enfermos y su existencia es la más penosa, pero todos poseen la dignidad humana a nivel ontológico, pues nunca se pierde, no así a nivel ético que puede engrandecer al portador de los actos virtuosos o denigrar a los viciosos. Centrándonos en la presente obra, Marisa Pro Velasco, la divide en cuatro capítulos y un epílogo, que tienen una interconexión y una secuencia lógicas. De este modo, en el primer capítulo, la autora nos presenta la panorámica de la Alemania del siglo XX y el contexto familiar, cultural, religioso y político en que vivió Spaemann, sobre todo en sus primeros años. El motivo principal de señalar los rasgos biográficos de todo autor relevante en cualquier campo de la vida, es que su experiencia marca su pensar y actuar. En el caso de la Filosofía, la dimensión existencial a nivel personal es crucial para elaborar un sistema de pensamiento y una concepción de la realidad. En Spaemann es evidente, pues el vivir durante la época del nacionalsocialismo y tomar una postura contraria frente a él, fue clave para que su concepción de persona, y, por ende, de dignidad y derecho a la vida, sea contraria al actuar de los nazis, que eliminaban y torturaban a los seres humanos por motivos raciales, de salud mental, de utilidad o por los motivos arbitrarios que considerasen que una vida humana era indigna de ser vivida. También el haber vivido hasta la postmodernidad, hizo que tomara postura frente a ella por su concepción utilitaria del status de persona, mediante la cooptación arbitraria de cualidades que hacen de la comunidad personal una especie de closed shop. Es la postura del consecuencialismo representada fundamentalmente por Peter Singer, Daniel Dennett, Derek Parfirt y Norbert Hoester, entre otros. 

Otro punto decisivo de la biografía de Spaemann sería su postura 1 Cf. Turbón, D. (2006). La evolución humana. Ariel, 245-248. RESEÑAS ISSN: 0214-0284 / ISSN-e: 2660-6070 Cuadernos de pensamiento 34 (2021): pp. 273-278 275

 valiente frente a la verdad y a la rectitud de conciencia, que le permitió defender y confrontar su postura con quienes consideraba que no pensaban o actuaban rectamente. Pero esto fue el trabajo personal de toda una vida, pues en narra en Über Gott und die Welt que su adolescencia tuvo un momento de cobardía a los catorce años respecto a un judío anciano y fue consciente de ello, que le hizo reflexionar y dar un cambio decisivo2 . En el primer capítulo nuestra autora nos refiere los presupuestos fundamentales de la ética de Robert Spaemann. Diremos unas breves palabras al respecto: a.- Teología racional: Dios es la constante antropológica del pensamiento spaemanniano como lo refiere principalmente en Das unsterbliche Gerücht y luego en Das letzte Gottesbeweis. La cuestión de Dios es una constante desde los albores de la humanidad a través del Faktum fenomenológico de la religiosidad, luego de las reflexiones para probar o negar su existencia, a manera de rumor que nadie ha podido ni podrá callar. Llama la atención su típica prueba fundada en la capacidad de verdad del hombre, a través de las verites de fait cuya existencia persiste a través del futurum exactum o Futur II alemán, la cual remite a una conciencia infinita. Dentro de la presencia de las religiones, es el cristianismo como Revelación de la verdad plena, la religión que mejor responde a las exigencias de verdad y bien del hombre y que lo dignifica. Pues si Dios no existe, también se niega e instrumentaliza al hombre, no reconociéndole su dignidad y sus derechos fundamentales, especialmente el de la vida. b.- Redescubrimiento de la teleología natural: todo cuanto existe y fundamentalmente el hombre posee un telos natural que le conduce a su perfección. En las personas, en el alcance de dicho telos de su naturaleza racional juega un papel crucial la libertad, pues el intelecto debe guiarla a cumplir su perfección o fin último, a diferencia de otros seres que lo tienen puesto de modo determinado en el instinto. c.- Antropología: lo que conviene tener presente de este apartado es la concepción de persona (concretamente persona humana) spaemanniana como todo miembro individual de la humanidad que forma una unidad substancial y subjetual en su complejidad psicobiológica (en tanto que ser vivo o Lebewesen), so- 2 Spaemann, R. (2012). Über Gott und die Welt. Eine Autobiographie in Gesprächen, KlettCotta, 32. RESEÑAS ISSN: 0214-0284 / ISSN-e: 2660-6070 Cuadernos de pensamiento 34 (2021): pp. 273-278 276 cial y espiritual, como primer dato empírico-metafísico, del que dimana su dignidad ontológica superior a todo precio y le confiere incondicionalidad relativa que refleja al Incondicionado absoluto. De aquí se infiere que la clave hermenéutica para la comprensión de los demás seres vivos es el antropomorfismo y no el antropocentrismo. Lo cual quiere decir que dichos seres deben comprenderse en analogía con el hombre y como Mitsein cada uno según la escala de grados de perfección ontológica. Por tanto, debería descartarse todo antropocentrismo que conduce al dominio y explotación de otros seres vivos e inertes del mundo material. Por otra parte, tampoco debe convertirse el hombre en antropomorfismo para sí, pues le despoja de su condición de fin en sí y le convierte en medio para el arbitrio de otros o de sí mismo. d.- Problemática de la persona en la actualidad: dado que la postmodernidad ha perdido la noción de verdad por el imperio del relativismo, así como del bien y la moralidad, la mayoría de los autores actuales, fundamentalmente los nombrados al principio, pretenden que el concepto de persona no se aplique sólo a los hombres, porque se trataría de especismo, como afirma Peter Singer. El común denominador para definir a la persona sería el de un estado actual, fundamentalmente de conciencia que cambia después del sueño y sólo conserva la memoria del estado o persona anterior, llevando de este modo hasta sus últimas consecuencias a Locke. Además, la persona debería tener la racionalidad, la autoconciencia, la autoestima, la autonomía y la capacidad de sentir en acto, la reciprocidad, así como el lenguaje. De este modo se excluirían del status personal a los enfermos y discapacitados física y mentalmente, a los que duermen, a los niños pequeños y mayores, a los embriones, a quienes están en coma, y se puede conceder a los animales que tengan cierta conciencia, racionalidad y autonomía en acto. También se suele hablar de persona potencial, como algo que emerge paulatinamente o de un cambio substancial por el que se pasa a ser lo que no se era. En el caso de los hombres, se trataría de los embriones y de los niños. A diferencia de todos estos autores, Spaemann repite infinidad de veces que es persona todo hombre a nivel individual, desde la concepción hasta la muerte. Entre las cualidades o potencialidades que natural y habitualmente posee se encuentran: la negatividad como esfuerzo o sufrimiento, la intencionalidad en tanto que tendencia, el lenguaje, la trascendencia, la religiosidad, la temporalidad, RESEÑAS ISSN: 0214-0284 / ISSN-e: 2660-6070 Cuadernos de pensamiento 34 (2021): pp. 273-278 277 la conciencia del fin de la propia vida, tener alma y la capacidad de prometer y perdonar que le permiten trascender su temporalidad, finitud y estados anímicos. Es parte de su naturaleza compleja, con la cual no se identifica, sino que la tiene porque es jemand y no etwas. El hecho de no ejercerlas en acto o no llegar a desarrollarlas, no significa que un hombre no es persona, sino un miembro enfermo del género humano cuya existencia es la más penosa. La comunidad de personas debe reconocer a cada hombre este status por el hecho de ser miembro nato de la humanidad. Además, afirma Spaemann que, si en el universo existieran otros seres con estas características, también deberían ser reconocidos como personas. e.- Presupuestos metafísicos: constituyen la base de su Antropología personal y de su pensamiento ecoético. Para reconocer y aceptar tanto la realidad personal como de los seres vivientes y del mundo, se decanta por el realismo aristotélico-tomista, en diálogo con los avances y descubrimientos de la ciencia y de la modernidad. En el tercer capítulo, la Dra. Pro Velasco trata propiamente la ética de Robert Spaemann, contrastándola con el relativismo y su ética consecuencialista. Lo que cabe retener de este capítulo es que el fin último de la persona es la felicidad por medio de la vivencia moral. Fundándose en el realismo metafísico y en la doctrina de San Agustín, propone una ethica benevolentiae basada en el ordo amoris extensible a todo cuanto existe, pero jerarquizada de acuerdo a la perfección ontológica de todo Mitsein y de la proximidad o lejanía con cada uno de nosotros. Esto lo explica la profesora Pro Velasco mejor y con mayor profundidad en su obra de 2017, “Relación entre persona y felicidad en la obra de Robert Spaemann”. En cuanto a la felicidad, Spaemann reconoce la ambigüedad del término Glück que puede traducirse al latín como fortuna (suerte), felicitas (contento) o beatitudo (plenitud). Él se inclina por beatitudo desde la perspectiva eudaimónica, comprendiéndola como vida lograda, que sólo la puede disfrutar alguien con madurez. Pues se han dado junto con ella, dos perspectivas relevantes a lo largo de la historia: la hedonista que absolutiza el placer y la estoica que lo hace con la autarquía. Sin embargo, la vida puede malograrse y presenta estas antinomias: a.- El deseo innato de felicidad que se torna un ideal irrealizable cuanto más se busca directamente. RESEÑAS ISSN: 0214-0284 / ISSN-e: 2660-6070 Cuadernos de pensamiento 34 (2021): pp. 273-278 278 b.- Todos los hombres la buscan frente a la imposibilidad de alcanzarla empíricamente en esta vida. c.- La perspectiva interna fundamentalmente a nivel subjetivo frente a la externa, por parte de nuestros semejantes. Por último, en el cuarto capítulo encontramos una confrontación de Spaemann con Peter Singer Daniel Dennett y las implicaciones bioéticas de la filosofía spaemanniana frente a estos autores. Es cierto que estos autores en cierto modo coinciden con Spaemann en la necesidad de un modelo ético y en la atención a la bioética, pero terminan aceptando el aborto y la eutanasia en virtud de sus criterios de cooptación para reconocer el status personal a los hombres distinguiendo los derechos de los hombres de los de las personas, sin distinguir la técnica de la moral. Es sencillo inferir después de esta exposición que, merece la pena leer la obra, pues ordena el contenido de la filosofía spaemanniana, dispersa en sus numerosas obras, ya sean personales o como coautor, así como el estudio hecho sobre su pensamiento en diferentes ámbitos lingüísticos: alemán, inglés y español. Aunque en nuestro ámbito hispano es poco conocido, a pesar de su gran valor y novedad. La Dra. Pro Velasco, trata de subsanar esta carencia desde fuentes originales en alemán, como de las traducciones y los estudios realizados sobre él en diferentes lenguas. La extensa bibliografía final da fe de ello.


 CRISTINA ELENA TOVAR GARAZATÚA Universidad San Dámaso ID ORCID 0000-0002-6641-8253 cristinatovargar@yahoo.es


Relación entre persona y felicidad en la obra de Robert Spaemann.

Pro, M.ª L. (2017). Relación entre persona y felicidad en la obra de Robert Spaemann. Ávila: Universidad Católica de Ávila Cristina Tovar Garazatúaa En su obra Relación entre persona y felicidad, la profesora María Luisa Pro Velasco explica y resume sucintamente el concepto de persona spaemanniano, en conexión con su naturaleza, la cual, como fin último, tiende teleológicamente a la felicidad para lograr su plena perfección y realización de su condición unitaria dual, como ser vivo (lebenwesen), y además dotado de razón y libertad. Y esta felicidad se consigue a partir de la noción del bien por la vía de una ética de la benevolencia jerarquizada por un ordo amoris, que no constituye una normativa extrínseca a la esencia humana, sino que brota de ella, y debe ordenar y orientar las pasiones, afectos e instintos o pulsiones, a los que el propio Spaemann llama secondary volitions. Todo esto trae consigo consecuencias a Facultad de Filosofía, Universidad Eclesiástica San Dámaso. E-mail: cristinatovargar@yahoo.es de orden jurídico, como el derecho fundamental a la vida, en conexión con los problemas bioéticos actuales. A continuación, desarrolla una introducción a la filosofía personal de Spaemann, fundamentalmente a partir de sus obras principales: Personas, Límites, Ética: Cuestiones fundamentales, Felicidad y benevolencia, Lo natural y lo racional: Ensayos de Antropología, Ensayos filosóficos y Über Gott und die Welt. Seguidamente, se plantea el status quaestionis, que Spaemann ha sido poco estudiado en España, fundamentalmente su pensamiento bioético, tan actual y crucial; solo se ha tratado algo de su antropología, su ética de la benevolencia, los conceptos de naturaleza y dignidad, y su opinión sobre otros autores. Luego, la autora presenta

la trayectoria filosófico-biográfica de
Spaemann, de decisiva importancia, ya
que marcó su línea de investigación y de
pensamiento. Algunos de los hechos
de su vida que cabe resaltar, narrados
fundamentalmente en Über Gott und die
Welt, son:
a. La conversión de su familia al catolicismo, la muerte de su madre
y la ordenación sacerdotal de su
padre.
b. Su deseo juvenil de hacerse monje benedictino al visitar la abadía
benedictina de Gerleve en Westfalia, lo que le llevó a estudiar
Teología en 1945. Aunque finalmente se dedicó a la filosofía.
c. Primer contacto con el existencialismo mediante la lectura de
Die geistige Situation der Zeit, de
Karl Jaspers, que proponía una
filosofía distinta al marxismo, al
racismo y al psicoanálisis.
d. Lectura y participación en la revista Ende und Anfang desde
1947, fundada y editada en Múnich por jóvenes católicos, que
buscaban un lugar en el proceso
de formación de la nueva Alemania, que se orientó hacia el marxismo y pasó a representar un catolicismo de izquierdas.
e. La elaboración de una filosofía
de la persona desde su jubilación,
con su consecuente concepto y
su vinculación con la naturaleza,
la ética, sus fundamentos metafísicos y antropológicos, así como
sus consecuencias jurídicas y
bioéticas.
Luego, plantea las líneas principales del pensamiento spaemanniano, que
parten de su concepto de persona y están
expuestas a lo largo de todas sus obras,
pero fundamentalmente en las arriba
mencionadas. Ellas giran en torno a los
problemas éticos, antropológicos y eudemonistas. Después, nos encontramos
con el capítulo central, que lleva el mismo título del libro: Relación entre persona y felicidad, con dos grandes subtemas: ¿Qué es la persona humana? y ¿En
qué consiste la felicidad?
La gran novedad de Spaemann, presentada en el primer subtema, es que
trabaja su concepto de persona desde
la fundamentación clásica de la metafísica de la substancia, pero no como
algo clausurado al igual que los demás
seres vivos, sino desde su condición de
apertura, como ha aportado la filosofía
moderna, con la cual dialoga. De este
modo, expone la apertura de toda persona a la trascendencia en sentido horizontal a sus semejantes, y en sentido
vertical, al Absoluto. Spaemann define
a la persona humana como todo individuo de la especie humana sin excepción.
Así, especifica el carácter dual de esta
naturaleza, con un orden biológico, orgánico y corpóreo, y simultáneamente,
racional, dotado de libertad, formando
la unidad de su ser, que es el ser del
hombre y, por ello, el ser de la persona, teleológicamente orientada hacia la  felicidad, comprendida como deseo innato e irrenunciable de plenitud que le
abre a la trascendencia vinculándole con
sus semejantes y con lo Absoluto.
En primer lugar, demarca su comprensión de lo natural, de naturaleza o
physis, como substantia, aquello que
tiene en sí mismo, el principio del movimiento y reposo1
. Esta naturaleza puede
ser comprendida también como algo dotado de telos, esto es, como límite, meta
o algo dotado de sentido2
, a diferencia
de la modernidad, que la comprende de
modo determinista, mecánico y clausurado, o con cierta teleología, como el
resultado de una evolución.
De este modo, la naturaleza humana personal, dentro de su constitución
dual y unitaria, a veces presenta contradicciones y es difícil conciliar las
inclinaciones de ambas dimensiones, la
sensitiva y la espiritual-racional. En este
sentido, Spaemann presenta otra novedad, que el actus hominis es también
actus humani3
, por la intencionalidad de
la persona al realizarlos, pues expresan
su personalidad y los ejecuta en la integridad de su realidad substancial. Por
ejemplo, la comida y la bebida constituyen un medio de la vida comunitaria y el
centro de muchos actos de culto.
1
Cf. Spaemann, R. (1987). Das Natürliche und das Vernünftige. Aufsätze zur Anthropologie. Múnich: R.
Piper GmbH & Co. KG, 20-21. 2
Id. (2012). Philosophische Essays. Stuttgart: Philipp Reclam, jun. GmbH&Co. KG, 101. 3
Id. (2006). Personen. Versuchen über den Unterschied zwischen ‘etwas’ und ‘jemand’. Stuttgart: KlettKotta, 255.
Sin embargo, conviene decir que, a nivel biológico, sensitivo, orgánico, corporal, afectivo, pasional e instintivo, como
todo ser vivo, posee autocentralidad por
sus necesidades e intereses. Mientras
que, a nivel racional, por el intelecto, la
autoconciencia, la libertad, la conciencia
moral, es capaz de renunciar a los propios intereses en favor de los demás y de
autotrascenderse. Esto hace al ser humano un sujeto moral y fin absoluto e incondicionado en términos kantianos, y como
tal imagen real del Absoluto, imago Dei.
De su ser personal y de su condición de
imago Dei, procede la dignidad humana
a nivel ontológico, y a nivel ético, como
deber ser, se da en el paradigma acabado de Jesucristo y los santos. De dicha
dignidad derivan los derechos humanos,
fundamentalmente el derecho a la vida
para todo ser humano, pues debe ser reconocido en su condición personal, por la
comunidad de personas, desde su origen
biológico embrionario hasta la muerte
corporal y más allá de ella, y solo voluntariamente se puede renunciar a él, no
mediante el suicidio o la eutanasia, sino
mediante la entrega generosa como constantemente ejemplifica con San Maximiliano Kolbe.
El reconocimiento del status personal, con la consiguiente dignidad y lo derechos, se funda en la razón obvia de
pertenecer al género humano, independientemente de toda discapacidad física
o psíquica. Contrariamente, Locke y
Hume consideran persona solo a quien
ejerce actualmente la racionalidad y la
autoconciencia, separando el ser del
hombre del ser de la persona, y esta
postura la lleva hasta sus últimas consecuencias Peter Singer, como producto
final de la disociación cartesiana entre
la res cogitans y la res extensa. Así,
Singer afirma que el status personal es
aplicable no solo al ser humano con racionalidad autoconsciente actual y con
salud física y psíquica, sino incluso a los
animales que se considere inteligentes,
excluyendo a los hombres que no cumplen estos requisitos. Por este motivo, se
hace adalid de la defensa y conservación
de las especies animales, en detrimento
de los hombres, para quienes considera
algo normal el aborto, el infanticidio y
la eutanasia. Esta postura trae consigo
nefastas consecuencias bioéticas, considerando simple material genético al
embrión y a todo no nacido; y un banco
de órganos a todo paciente en coma o
en estado de muerte cerebral, y por tanto
medios manipulables para fines.
El segundo apartado trata de la comprensión spaemmiana de felicidad como
fin último de la persona. Primeramente,
se encuentran las ambigüedades en torno a ella, a nivel lingüístico y de la constitución dual. Respecto al primer aspecto, las presentan los vocablos griego
eudaimonia –significa felicidad, o vida
lograda, es decir, una tarea que realizar,
y que puede lograrse o malograrse– y
alemán Glück –fortuna o suerte; así, felicidad sería tener suerte y felicidad–.
En relación con el término Glück, está
su derivado Glückseligkeit, que puede
comprenderse como felicidad completa, absoluta y la más plena. Aquí surge
la pregunta de si es alcanzable por las
solas fuerzas naturales. De este modo,
quedan planteadas estas tareas por desarrollar: aclarar el carácter paradójico del
contenido de la felicidad; exponer una
visión unitaria de sus dimensiones objetiva y subjetiva; y examinar e investigar
si la cuestión de la felicidad corresponde
a la filosofía o a otras disciplinas.
En cuanto a la ambigüedad procedente de la doble constitución humana,
puede entenderse un cierto afán de felicidad y su alcance al satisfacer las necesidades y pulsiones como todo ser vivo.
Por otra parte, Aristóteles habla de una
felicidad de la vida en la polis como calidad de vida, y de la felicidad por antonomasia o absoluta como participación
de las cosas divinas, inalcanzable por
las solas fuerzas humanas.
Además, existen antinomias para la
felicidad: no es alcanzable; la vida ha de
ser un todo completo y terminado; la vida
feliz como autárquica, ideal de la Stoa,
y el suicidio como posible escape al no
conseguirla, contradice el ideal del amor
benevolentiae del cristianismo y, finalmente, los contenidos de la felicidad.
Seguidamente, están los requisitos para alcanzar la felicidad, que es la consideración de tres conceptos: naturaleza, sentido y bien. Por otro lado, cabe destacar que las condiciones para alcanzarla son tanto externas como internas. Por último, el trabajo destaca que la civilización actual presenta riesgos que amenazan su consecución, y con ello el desarrollo humano y la realización personal. Estos riesgos, en síntesis, son: la presencia de la cultura del descarte, que valora más la fuerza y la capacidad de influir y pretende la eterna juventud. El utilitarismo, el hedonismo y la pérdida del sentido metafísico del Absoluto, que Spaemann propone recuperar para salvaguardar la dignidad de la vida de las personas en todos sus estadios, junto a la creación de un código jurídico que la proteja, por encima de la de los animales. Acerca de las conclusiones, puede decirse que la antropología de Spaemann da una visión integral del hombre, cuyo concepto de persona humana como todo individuo del género humano es una aplicación del concepto clásico que nos ha llegado por la tradición católica, cuyo fundamento ontológico es la substancialidad de doble constitución, abierta a la trascendencia y a la sociabilidad por su racionalidad y libertad, y cuyo fin, comprendido como bien, es la felicidad, que la posee como deseo innato e irrenunciable y que puede ser imperfecta o plena. El medio para alcanzar esta última es la virtud, mediante una ética benevolente fundada en un ordo amoris que se extienda a los demás seres, a través de la educación y de otras condiciones y requisitos. Pero es inalcanzable por las solas fuerzas humanas y en esta vida, de aquí la necesidad de postular a la inmortalidad y a una intervención divina. La constitución personal dual y su capacidad moral remiten a un principio Absoluto y muestra al hombre como imago Dei. Lo mismo el fin último, la felicidad perpetua como vida lograda y participación de los bienes divinos. De su ser personal y de su condición de imago Dei procede la dignidad humana, de la que se derivan los derechos humanos, fundamentalmente, la vida, desde su origen embrionario hasta su fin biológico, como él lo desarrolla en sus reflexiones sobre bioética, sin perderse la condición e identidad personal por la muerte, sino que más bien conduce a postular a la resurrección porque la integridad personal la constituyen el cuerpo y su alma racional. En definitiva, la antropología personal de Spaemann es muy prolija y su bioética, poco estudiada aún en España, y este trabajo viene a cubrir un vacío en ese sentido.

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